07-01-2015
¡Hola Pedro!
Espero que sea una alegría para ti pese a lo que hiciste, ya que siempre has desafiado a nuestros padres como Prometeo a Zeus en ese cuento que me leías. No sé en qué pensabas al quitarle tanto dinero a papá como los titanes robaron el fuego a los dioses.
Ahora querría hablarte de mi. En este tiempo, me han pasado cosas, y echo en falta alguno de tus consejos. Mamá seguía trabajando de enfermera, tratando a pacientes con ébola, y yo acabé contagiándome (papá y mamá están bien, no te preocupes). Lo superé en unos meses, pero a veces preferiría no haberlo superado. Pasé de ser una persona normal a ser, según la gente, un bicho raro. Unos se ríen de mi y otros tienen miedo. Desde aquello vivo marginado y busco apoyo en la poca gente que me queda.
La pregunta es: ¿Qué hago? ¿Qué he hecho mal?
PD: Te echo de menos y no sabes las ganas que tengo de volver a verte. Te quiero.